Al entrar en clase encontró muchos jóvenes reunidos. Algunos estaban sentados leyendo, otros conversaban entre sí. Estaban situados alrededor de una mesa larga de madera. Entre sus alumnos habituales, se intercalaba otro grupo de futuras mentes, todavía demasiado pequeños para aquella clase. Habían venido ese día para asistir a una masterclass de Kayla, y así irse habituando a sus futuros estudios.
El espacio era amplio, más o menos de unos 50 metros cuadrados por lo tanto, más que una aula parecía una nave industrial. Los techos abovedados estaban apuntalados con vigas de madera oscura y maciza, igual que la mesa. A un lado, dentro del mismo espacio, una escalera de cinco peldaños bajaba hacia otra estancia cerrada más pequeña, llena de objetos de todo tipo; juguetes, material de laboratorio, máquinas y utensilios varios. Una especie de cinta transportadora cruzaba a lo largo de la habitación, se trataba de una cadena de montaje. Tenía a cada lado de su recorrido diferentes robots especializados en pintar, ensamblar e insuflar energía con el fin de dotar de vida artificial cada nuevo invento. Cada creación constituía una nueva aportación a la sociedad kybalita, gracias al talento y esfuerzo conjunto de los alumnos y profesores.
-Buenos días -saludó Kayla al entrar en clase, levantando la mano a modo de saludo. Su Spirit rugió, seguido de un largo bostezo, y enseñando sus afilados colmillos. Acomodándose al lado de la profesora se quedó adormilado.
– Buenos días profesora -contestaron al unísono, sentándose todos en sus respectivos asientos.
-¿Y bien, alguna novedad?, Sus alumnos habituales, ya sabían a qué se refería. Llevaban meses trabajando en un nuevo proyecto, siendo hoy el día de la prueba definitiva.
-Estamos esperando profe, le queda poco -dijo un niño de 8 años llamado Argo, moreno y algo mofletudo.
La esfera ya estaba lista al final de la cinta transportadora, por eso sonó un pitido y todos corrieron escaleras abajo. Le faltaría aún algún que otro retoque, pero aquel gigante globo brillante era el protagonista de todas las miradas de asombro. Aquel objeto desprendía un millón de luces de diferentes colores de manera intrínseca, sin necesidad de ninguna fuente conectada desde el exterior. Sin ningún cable ni batería.
Vivían en un mundo prometedor, comprometido a aunar la civilización de la especie humana con los valores morales y éticos. Aquella era una generación de logros, de expansión creativa, social, cultural y tecnológica, mezclados con un renacer del auténtico espíritu humano, basado en el respeto por la sabiduría ancestral. Conocimiento rescatado de la memoria perdida de aquellas almas iluminadas que vivieron tiempo atrás y reflejado fielmente en los Textos Milenarios y sus Nobles Verdades. El hecho de idear, planear y trabajar en algo que luego se volvía real y funcionaba, era algo tan increíble que los allí presentes observaban satisfechos y orgullosos de su nueva creación. Todos olvidaron por el momento el duro proceso que implicó pensar y hallar los métodos de búsqueda. Kayla se sentía exultante de la emoción, pero haciendo acopio de autoridad, ordenó reunirse a todos los alumnos de nuevo alrededor hacia la mesa grande de madera, situada en la planta superior. Les pidió silencio antes de hablar.
-Lo hemos conseguido, ¡funciona! -dijo sonriendo. El león ya despierto se contoneaba feliz, refregándose por sus piernas buscando las caricias de su mano.
-¿Podemos saber entonces quién tiene problemas o enfermedades psíquicas o emocionales a partir de la luz que salga en la bola? -preguntaba a modo de confirmación una niña inquieta. Al formular su pregunta fruncía el ceño y arrugaba de manera graciosa la pequeña protuberancia que tenía por nariz.
-Así es señorita Vanderbilt. -respondió Kayla. Es capaz de interpretar los estados anímicos de la persona a través de la combinación de colores que muestra la esfera y los sonidos que emite. Este invento nos será útil cuando la capacidad telepática sea imposible. Con los bebés o niños demasiado pequeños, por ejemplo. También con las personas muy mayores o con las que se encontraban tan enfermas, que han perdido la capacidad de comunicarse. Las enfermedades mentales o los estados anímicos negativos tienen tendencia a transformarse en enfermedades físicas graves, por lo tanto, la detección de estas primeras causas, como todos ya sabéis, es imprescindible para evitar males mayores, que en la mayoría de los casos son previsibles y curables con el tratamiento adecuado. El color es un relevante factor de influencia y de información, con alta correlación con las emociones, por lo que resulta importante el análisis del color y su correlación con las emociones. El color posee gran fuerza expresiva, y esto lo convierte en un lenguaje, que se puede leer y así prever, con base en los resultados analizados y las emociones producidas, el estado anímico o emocional de una persona. Así pues, existen 6 emociones básicas: felicidad, tristeza, disgusto, miedo, alegría e ira. Por ejemplo, el rojo brillante representa ira, en cambio el rojo magenta, el amor. El sistema de visión humana permite ver una extensa gama de colores, en donde intervienen el matiz, la saturación y el brillo. Esto es debido a que la percepción del color, depende principalmente de la longitud de onda de la luz, mientras que la amplitud incide en el brillo y la pureza, es decir en la saturación.
-Pero profesora… -preguntó Lillith alzando la mano, procurando permiso para hablar. Kayla la invitó a preguntar. -¿A qué se debe que una persona se ponga triste sin razón, por ejemplo?
-Buena pregunta srta. Vanderbilt.
-Prefiero Supertramp, Lilith Supertramp. Aunque su verdadero apellido era Vanderbilt, lo encontraba pasado de moda, y prefería sin lugar a dudas un apellido, que a su parecer, era mucho más potente y evocador.
-Está bien stra. Supertramp. -concedió Kayla a su futura alumna.- Hay ciertos aspectos en el ser humano: los biológicos, que son el sexo, la edad, entre otros. Los aspectos geográficos, que serían la temperatura, la altitud, el clima… Luego están los aspectos sociales que tiene que ver con la cultura, el grupo social, la familia, y finalmente hay unos aspectos económicos como los ingresos, la distribución económica. Pues bien, el comportamiento de un individuo depende de todos estos aspectos externos, más otros aspectos psicológicos internos, propios de la persona. ¿Argo, puedes decirle cuáles son estos aspectos concretamente?
-Se refiere a las necesidades, la motivación, las actitudes, los valores, la percepción, sensaciones, personalidad, estilo de vida, etc. Muchas más. Lo importante es que esto más los otro, da un comportamiento, y como todos los aspectos son mutables, algunos más que otros, pueden dar a situaciones de crisis, o de emoción, o de depresión…
-Exacto, -corroboró Kayla. -El invento que tenemos entre manos nos avisa de en qué estado emocional se encuentra esa persona, sin necesidad de una terapia de meses o años, como hacían nuestros antepasados. De forma que antes que una persona caiga en una depresión, podemos prever con antelación sus estados anímicos, entre ellos la tristeza. Estar triste un día, dos o tres meses puede ser normal pero desaconsejable a largo término, pues puede volverse una actitud crónica. Bueno chicos se acabó por hoy -dijo zanjando la conversación. Vamos a guardar la bola, y por cierto, deberíamos bautizarla con algún nombre. Quizá Lillith podría hacernos el honor de encontrar el nombre adecuado, ya que se le da tan inventar nombres nuevos. -dijo mirando a Lillith que volvía a remover la naricilla como un ratón.
-Vale, tendré que pensarlo bien porque dar nombre a las cosas es más importante de lo que uno piensa. -respondió la niña.