La idolatría del placer: dar rienda suelta total a lo que nos pidan los sentidos, sin autodominio, y autocontrol, ni sentido de lo que está bien o lo que está mal.
En nuestra sociedad reina el materialismo más atroz y una perpetua presión para dejarse llevar, sin brújula alguna, por los instintos, como el de comer.
El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte de adultos menores de 40 años en España, por encima de los accidentes de tráfico.
En muchas ocasiones saber conformarse con un poco menos – en lo que se refiere a las gratificaciones placenteras inmediatas – permite alcanzar la libertad interior, un dominio sobre el propio ser, que nos hace fuertes y resistir las presiones de una sociedad tan consumista como la nuestra.
En definitiva, hay que saber gestionar mejor la abundancia y estimar más la austeridad y la frugalidad, en el sentido a largo plazo en la vida y los recursos de carácter, resiliencia – la capacidad para superar circunstancias traumáticas adversas – y personalidad.
A continuación veamos la lista de actitudes personales que se vinculan a la mejora de la felicidad individual:
- El sentido del propósito en la vida.
- La calidad de las relaciones con los demás.
- La buena gestión de las adversidades.
- La personalidad y autonomía para defender los propios valores frente al gregarismo ambiental.
- La aceptación de las propias limitaciones.
- El crecimiento personal para dar lo mejor de uno mismo.
(Doctora Rylt)
Es decir cosas que no están basadas en gratificaciones placenteras individuales a corto plazo (hedonismo), sino en la plenitud a largo plazo como persona y como miembro de la sociedad. Todo ello contribuye a mejores resultados para la salud.