La autenticidad es la búsqueda de la verdad dentro de uno mismo. Es la expresión de esa verdad al exterior, a través de las palabras y los actos.
La autenticidad es la verdad de lo que es uno, ni son las etiquetas que nos delimitan, ni tampoco los patrones ancestrales heredados de nuestros padres y abuelos.
La autenticidad es aquello que nos hace únicos, no son los pensamientos recurrentes ni intrusivos.
Mi identidad está allí donde reluce, donde tiene cabida de mejor forma, donde hay personas que vibran en la misma frecuencia.
En mi verdad, en mi ser auténtico y genuino, hay magia y hay fe, entendiendo que todo pasa por y para algo.
La autenticidad y la verdad van de la mano de la belleza. La búsqueda de la verdad, va conectada a la búsqueda de la belleza, ya que ambas son lo mismo. Cuando miramos con ojos nuevos las cosas se desfamiliarizan, por consiguiente la belleza consiste en percibir algo extraordinario, en algo que generalmente seria ordinario o casi inexistente. Las cosas se vuelven más bellas, como si estuvieses enamorado.
