Solomon es un anciano asceta de 88 años. Nace en Under Legacy, sin embargo tiene tan poco en común con la ciudad como cabría esperar de un maestro de la Orden Omega. De hecho, es secretamente un ciudadano de Kybalion. Conoce los secretos mejor guardados de la alquimia, y en general de la sabiduría hermética que le ha sido revelada por su predecesor. Además posee unas técnicas propias de la meditación, que hacen aumentar su energía a vibraciones muy altas, incluso para convertirse en luz. Su poder es tan abrumador, que es capaz de crear fuerzas energéticas, capaces de desestabilizar a su voluntad, todo el sistema magnético de Under Legacy. Sin embargo sus motivaciones son honestas, y sólo desata su supremacía cuando las circunstancias le ponen entre la espada y la pared.
Quién custodia un poderoso legado, tiene la responsabilidad de preservarlo con su vida si es necesario, y transmitirlo para que nunca se pierda. Por ese motivo elige proteger a dos jóvenes huérfanos como sus discípulos. Los educará y formará hasta la edad adulta, con disciplina y amor paternal, considerándolos hijos suyos. Estimulará sus virtudes y capacidades. Les enseñará a vivir con dignidad, es decir, a luchar por la voluntad y la responsabilidad moral en circunstancias que, no sólo están lejos de ser ideales, sino a las que el control total es imposible, ya que en la vida las circunstancias casi nunca son ideales. Les inculcará la lucha diaria que supone vivir siendo una persona decente, en un mundo estropeado a perpetuidad.
Convive en su interior con dos tipos de vida: una vida activa cargada de experiencias vividas, por ser un personaje público en el mundo de la política de su país, y otra vida contemplativa, donde su objetivo es la búsqueda de la verdad a través de la meditación. Esta búsqueda trasciende a su figura política, pues lo más importante para él, es tratar de cultivar sus conocimientos a favor de la sabiduría. Cree que el mayor propósito de un hombre, es de mejorarse a uno mismo y a los demás. En resumen, Solomon es disciplinado con su cuerpo y mente, pues es sabido que el hábito forma el carácter y la experiencia lo afina.
Su inteligencia reside en su disposición a hacer nuevos descubrimientos a través del tiempo, del espacio y de las barreras tridimensionales. Comprender todo lo que aprende es su mejor capacidad, característica aparentemente simple, para un erudito como él capaz de ver el mundo en su totalidad. Tiene suficiente conocimiento en cuestiones humanas como para distinguir, qué deben saber los demás y qué no, pues no todos están suficientemente preparados, ni dispuestos, a comprender el saber que transmiten las palabras sabias.
Al igual que sus dos alumnos, lucha por conceptos abstractos e intangibles como la dignidad y los derechos humanos, como la libertad y la igualdad, sin responder ante nada más que a su propia consciencia, valores y antiguas ideas.
Su mente es tanto filosófica como científica, capaz aún de asombrarse y descartar los prejuicios o ideas preconcebidas que le podrían impedir estar siempre dispuesto a mirar allí, donde los demás temen buscar. A sus 88 años de edad, el sabio conserva intacta la capacidad de cambiar en situaciones, que a otros podría resultarles vergonzosas o perturbadoras, incluso agradeciendo que lo corrijan cuando está equivocado.
Solomon hace caso a unos principios morales, y cree en el deber personal para que la política no se convierta en una búsqueda encarnizada de éxito, poder y riqueza. Defiende la postura ideológica, de que no se debe admirar el poder en sí mismo, ya que la búsqueda del poder tecnológico, tiene que estar subordinado a la razón y al amor, para no usarlo con brutalidad ni crueldad. Y si bien el maestro participa en la vida pública de su ciudad, para él la ética, es más importante que la política o la religión, ya que dentro de sí siempre antepondrá el legado heredado por la sociedad secreta, de la cual es su máximo representante.
Tratará por todos los medios, de inculcar este legado cultural a sus discípulos, y mantendrá a salvo el pergamino secreto, ya que forma la parte material de esta trascendental herencia. Sólo se desprenderá de la reliquia, cuando deba entregarla a sus alumnos, Liam y Vega, para llevar a cabo el plan trazado. El objetivo principal será encontrar la ciudad secreta de Kybalion, con la ayuda del antiguo pergamino, que en realidad, es un mapa.
Convive con su Spirit, la lechuza. Esta reposa encima de un palo, en el salón de su casa.