El Spirit es el alma de una persona que habita fuera de su cuerpo en forma animal. Están fuertemente ligados al humano al que están vinculados, siendo tan fuerte este vínculo que un ser humano no puede separarse de su Spirit jamás. Si el vínculo es cortado, la persona se transforma en algo parecido a un zombi, una persona que aparenta no tener espíritu.
Cuando el ser humano muere, su Spirit desaparece del plano físico y se convierte en energía que fluye junto a las estrellas. Todas las personas poseen un Spirit interior, como ya propuso Sócrates que lo llamaba “voz profética dentro de mí, proveniente de un ser superior”. Es la voz de la interioridad, que le advertía cuando cometía errores, pero nunca le dijo qué hacer o le presionó en lo siguiente a no hacerlo.
Recibir al Spirit físicamente, es como conocer a un amigo en el que poder confiar, da fuerza y apoyo ante la adversidad. Cuida de la persona, puede salvarlo si se encuentra en peligro, pero como la relación es recíproca, el humano también debe salvarlo a él.
El Spirit elige a su humano, porque tiene unas cualidades de las que debe aprender, y unos rasgos y debilidades que deben ser guiados para que las pueda superar. Cuando un joven inmaduro sale de la Crisálida siente la conexión con su Spirit, un puente que une las dos mentes; la animal conectada a la madre naturaleza y la humana, que enlazadas por un hilo transparente e inquebrantable, formaban una sola unidad.
Inspira al humano a encontrar la felicidad, y a protegerse contra sus enemigos si este les pide que le guíe cuando surja la necesidad. Los verdaderos deseos son escuchados cuando el humano lo permite, haciendo que el camino correcto parezca más obvio y fácil de seguir. Esto implica cierto grado de concentración, conciencia, apertura mental y reflexión. A veces los mensajes del Spirit son meras reafirmaciones.